La movilización cumple un papel importante dentro y fuera de la iglesia. Por eso te dejamos unas recomendaciones:

Entrenar y empoderar a movilizadores voluntarios. En la versión más simple del rol, un movilizador es responsable de tomar información sobre misiones en general u oportunidades de campo específicas y compartirlas con un grupo variado de personas. También debe dar seguimiento a esas personas y ayudar a conectar aquellos interesados con más información y oportunidades concretas.

Si creas un buen proceso de entrenamiento, el equipar a un movilizador puede ser un proceso muy fácil. En vez de invertir tu tiempo o el de algún líder especializado de tu iglesia en ir de iglesia a iglesia y de evento a evento compartiendo sobre misiones, imagínate si tuvieras desarrolladas algunas presentaciones o videos estándares que alguien más pueda llevar a presentar, y después de la presentación, tu voluntario esté equipado con algunas herramientas para identificar a personas a las cuales debe tomar su información de contacto y conectarlos contigo o alguien más de tu equipo para una conversación más profunda.

Hacer una alianza con ministerios de movilización. Si has hecho el trabajo de clarificar el enfoque claramente y tiene un aspecto relativamente único, va a ser fácil colaborar con otros ministerios de movilización.

Estas estrategias no solo optimizan la difusión de información sobre misiones, sino que también permiten una conexión más efectiva con individuos cuyas vocaciones y pasiones se alinean con las áreas específicas de enfoque de la agencia. Al explorar estas recomendaciones, se despliega un camino hacia una movilización más eficiente y enfocada.